Se dejaba llevar.

Azul...tú color favorito, el mar. La dependencia absoluta e irreparable, tus ojos, tus manos y azul, otra vez, el mar, el sol, un sueño de amor, tu y yo, yo y tu, la música de ser feliz, y me dejo llevar...me arrastras hasta el infinito o más allá. Sólo hablo contigo y nadie más, no lo necesito, ni ahora ni nunca. Dependiencia maldita y a la vez dulce...la mía, por ti.

Lo que yo soy y lo que tú eres, resumido en 3:40 min...o te largas de un de una vez, o no vuelvas nunca hacía atrás.

Decisiones.

Este invierno ha sido un invierno de cambios, unos significativos y otros no tanto, unos dolorosos y otros satisfactorios, acertados y equívocos...pero al final, cambios. Empezando por Coruña y su olor a mar, esa ciudad tan grande que a la vez se me quedaba pequeña, las mañanas de lunes en tren pensando en un sola cosa: volver, y los jueves de camino a casa que parecían el fin del mundo. Las noches en aquel piso frío con terraza y vistas a una ventana que tenía la luz encendida las 24h, mis vecinos que nunca conocí y mi tele como mi gran compañera, las horas de clase en las que me entraban ganas de irme llorando a los 10min y las tardes con ellos tomando un café  y fumando mi cigarro de rélax...en definitiva, unos meses de noches y mañanas que me ahogaban, tardes fugaces pérdidas y días totalmente tirados, sí, cero tapujos. Cuándo me paro a pensar qué fue lo que aprendí dudo mucho, muchísimo, pero en el fondo creo que aprendí más cosas de las que pienso, aunque no quiera verlas. Esta fue mi decisión equivocada, tirada e irrevocable, pero al fin y al cabo, no tan mala...o si??? No lo sé, ciertamente no lo sé. No sé si me faltó fuerza, decisión o sacrificio, amor o compañía....lo único que sé es que un día apareció "la señal" y decidí poner un punto final a eso. Decidí que tenía que cortar por lo sano y empezar de nuevo, pero esta decisión no hizo que todo fuese a mejor, o que la sensación de impotencia se fugase. Positividad. Tiempo al tiempo, tengo la decisión, y ahora sí que fija  y segura de lo que quiero, y sobretodo, de lo que no quiero. De que cada uno se labra su propia suerte, día a día, y de que todos debemos vivir con nuestras decisiones...independientemente de quién nos acompañe.

Dos completos (tontos de remate)

Felicidad, felicidad, felicidad...qué bonita eres! Qué bonito es todo cuándo está así, bien, relajante y armonioso. Tú me entiendes, y yo a ti también. El resto del mundo no lo sé, quizás somos unos incomprendidos sociales, o no...no lo sé, pero qué más da????? No necesitamos nada más para seguir dándole rienda suelta a nuestra promesa eterna. No necesitamos nada más allá de algo tan simple como un poco de se tu por mi, se imprecisa, se sin fin, una sonrisa a tiempo o un toque matutino. 

Todas nuestras fotos significan algo, un momento, una coña, una canción, un día, una tontería..o como dirías tu una sensación extraña, que se adueña de nuestras caras. Esta me gusta especialmente, y tú ya sabes porqué. Nuestras sonrisas traspasan el papel fotográfico de esa máquina que tanto nos costó entender. Me apetecía poner esta foto aquí, para que cuándo veas esta entrada te entre una alegría enorme al verla. Porque hoy me siento más orgullosa que nunca de ti, de mi. 

Porque yo supe elegir, y elegí divertirme contigo.

Recuerda, estamos unidos por la soledad.

Querida Holly, no tengo mucho tiempo. No literalmente, sino porque has salido a comprar helados y volverás pronto. Ésta será la última carta, sólo me queda una cosa por decirte: esta carta no es para que me recuerdes ni para que compres una lámpara, puedes cuidar de ti misma sin mi ayuda. Es para decirte cómo me he sentido, cómo me has cambiado, me has convertido en un hombre queriéndome, Holly, y por eso te estoy eternamente agradecido, literalmente. Quiero que me prometas algo: Que nunca estarás triste o insegura o perderás por completo la fé, que tratarás de verte con mis ojos. Gracias por aceptar ser mi esposa, soy un hombre que no se arrepiente. Qué suerte he tenido. Tú has llenado mi vida, Holly, pero yo sólo soy un capítulo de la tuya. Habrá más, te lo prometo. Y ahora viene el gran consejo: No tengas miedo a volver a enamorarte, prepárate para esa señal que parece el fin del mundo.

Posdata: Siempre te amaré.

Querido Jerry, querías que me enamorara otra vez y quizá algún día lo haga, pero hay muchas clases de amor. Yo todavía escucho tu voz cuando duermes junto a mi, yo todavía siento tu toque en mis sueños. Perdona mi debilidad pero no sé por que sin ti es muy difícil sobrevivir. Ésta es la única vida que tengo y es una cosa fantástica y horrible, corta e interminable de la que ninguno sale vivo. No tengo planes a parte de que a mi madre ya le toca volver a reírse. Nunca ha visto mundo, nunca ha visto Irlanda, así que la llevo a donde todo empezó. Puede que así lo compreda.